viernes, 9 de noviembre de 2012

Por siempre jamás, amor.

¿Recuerdas cuando nos sentábamos a mirar las estrellas en las noches de verano? De aquel verano. ¿Recuerdas cuando rodeabas mi espalda con tus brazos? ¿Cuando tu regazo era lo único que quería para evadirme del miedo? Puede que no recuerdes nada eso, o tal vez si, puede que el regazo de otra persona no sea cómo el mío, o puede que al mirar las estrellas recuerdes aquellos días que se han quedado tan atrás. 
¿Sabes? Hace tiempo que no recordaba esos días en los que era totalmente feliz, en los que una sonrisa le daba mil giros a toda mi tristeza, o en los que una mirada me bastaba para sentir millones de cosas en el estomago. 
Te echo de menos, ni te imaginas cuanto, no pasa un sólo día en que la mínima estupidez me recuerde a ti, a tus tonterías. En todo este tiempo no he dado un solo paso en el que no aparecieras por alguna calle. Lo sé, puede que a veces me olvide de todo esto, que lo deje cómo algo insignificante, por que en el fondo lo es, pero no puedo olvidarme de todos esos días, no puedo olvidarme de ti. 
He intentado sentir lo mismo, sonreír sin motivos, sentir esas infinitas mariposas en el estomago, esa sensación de tener el mundo a mi lado cuando alguien está detrás de mi espalda, esa aceleración en el pecho cuando beso, ese éxtasis cuando la ropa sobra. Lo he intentado una y mil veces, pero no he podido sentir lo mismo con nadie más, no sabes cuantas veces fallé al querer entregarme por completo otra vez, cómo duelen las sonrisas cuando no son de verdad, cómo sientes ese vacío cuando un abrazo no te llena cómo debería llenar. 
Con el tiempo decidí dejarte atrás, no volver a mencionarte, no volver a escuchar nada de ti, ni nada que tenga que ver contigo. Con los días, comencé a ser otra persona diferente, sin ti, sin todo lo que por remoto que fuera me pudiese recordar a algo contigo... Intenté borrar tu recuerdo diciéndole a mi cabeza que dejara de nombrarte, y así lo hizo... El problema llega cuando se oscurecen las calles, cuando todo está silencio, cuando se hace mudo cualquier ruido, el problema llega cuando es la hora de cerrar los ojos, cuando en ese mismo instante siempre apareces de nuevo en mis sueños, de donde no puedo sacarte, cuando el que habla es mi subconsciente, la parte que realmente me conoce. 
Siempre te veo ahí, con tu sonrisa, con tu mirada, con todo lo que representas para mi. Siempre te acercas cómo si nada hubiera pasado en todo este tiempo, cómo si supieras que yo sé que el tiempo ha pasado, pero cómo si el tiempo no hubiera pasado para ti. Siempre te veo en las caras de otras personas, pero sé que eres tú, al final, eres tú. Al despertarme recuerdo que en muchas ocasiones te pregunté ¿por que habías vuelto? Nunca me respondiste, creo que esa pregunta me la hago a mi misma, pero nunca he sabido responderme.  
Tengo miedo, pánico de no volver a sentir lo mismo por otra persona por más que me entregue, miedo de no volver a ilusionarme tanto cómo para cometer locuras, miedo de besar otras bocas y no sentir nada más que aprecio. Miedo de no volver a encontrar esa otra mitad nunca más. 
Pase lo que pase, sea cómo sea, te llevo siempre conmigo, a donde quiera que vaya, donde quiera que esté, tú formas parte de mi historia, tú fuiste, eres y serás mi caos, siempre. Tú, mis costuras, mi descosido, mi odio infinito, pero también mi amor eterno. Tú, mis tres estrellas, mi constelación preferida, orion se encuentra en tus caderas, tú y yo nos encontramos ahí, en tu eterno tatuaje, en el mismo cielo. 
Siempre que mire hacía arriba y vea a orion, me acordaré de ti, de todos aquellos momentos y todo lo que eso conlleva, de lo que representan esas tres estrellas, de nuestras letras y de ese número, siempre. NCMAPT.
Pd: Ésta noche el cielo, está realmente precioso. 



''¿Me seguirás queriendo por la mañana? Por siempre jamás, amor.''  

No hay comentarios:

Publicar un comentario